Respirar by Naobi Chan

autor:Naobi Chan
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántico, Novela
publicado: 2016-08-09T22:00:00+00:00

Capítulo 17

—¿Hoy no irás a Educación física? —me preguntó Alex cuando estábamos en la cafetería.

Alcé la cabeza lentamente para encontrarme con su mirada azul acompañada de una sonrisa radiante.

—No —gruñí.

—De verdad que estás hecha un trapo... ¿seguro que nadie te hizo una visita de madrugada? —preguntó con suspicacia.

Volví a gruñir, pero en esta ocasión no fue ninguna palabra coherente. Me había quedado despierta hasta muy tarde viendo una película con Cameron, aunque al final pasamos más tiempo hablando que atendiendo a la pantalla, después me fui a la cama y, como la noche anterior, me había despertado varias veces a causa de las pesadillas. Estaba muerta de sueño, tenía dos enormes ojeras pegadas a mis ojos y por más que lo intentaba mis parpados pesaban y casi me había quedado dormida en mitad de clase en más de una ocasión.

—Ven... vamos... —me dijo Alex ayudándome a ponerme en pie.

—¿A dónde me llevas? —mascullé con voz pastosa.

—A la enfermería, con la cara que tienes pareces casi un cadáver, así que no será difícil que te crean enferma —explicó.

No contesté y solo me dejé llevar por Alex a través de los pasillos, hasta que llegamos a la enfermería, donde después de mirarme con cara de escepticismo la enfermera me dio un pase excusándome del resto de las clases del día.

—¿Quieres que llame a tu hermano, cariño? —me preguntó la señora Cope al ver que me tambaleaba al salir de la enfermería.

—Por favor... —casi supliqué dejándome caer en un banco cerca de su mesa.

—Toma —Alex me extendió un café y se sentó a mi lado—, esperaré contigo.

Saboreé el café sintiendo como me despejaba un poco.

—¿Vas a decirme qué es lo que ha pasado? —preguntó en un susurro para que la enfermera no la escuchase.

—Solo no he dormido bien... he tenido pesadillas, eso es todo —expliqué en el mismo tono de voz.

—¿Has soñado con los implantes explosivos de Laura? —preguntó con una risita ahogada.

La miré de reojo y me tragué una risita que pugnaba por salir.

—Idiota —susurré.

Unos minutos después, cuando ya estaba un poco más despierta gracias a la cafeína, Andrew cruzó la puerta de secretaría y se dirigió directamente la mesa de la señora Cooper.

—Cameron Bakerson me ha enviado a buscar a Giorgina —dijo con su tono de voz un poco más ansioso de lo habitual.

—Oh... hola Andrew... sí, ahí la tienes... —me señaló— con muy mala cara —la señora Cooper me miró unos segundos y suspiró—. Espero que no sea nada grave y se le pase enseguida.

Andrew se giró para mirarme y fue como si se quitase un peso de la espalda.

—Yo también lo espero —murmuró—, gracias señora Cooper.

Caminó lentamente hacia donde yo me encontraba y Alex se puso en pie justo después de darme un ligero codazo y guiñarme un ojo. Andrew se acuclilló frente a mí y tomó una de mis manos que descansaban sobre mi regazo.

—¿Cómo te encuentras? —preguntó buscando mi mirada.

Sentí como mis mejillas enrojecían y mordí mi labio inferior con nerviosismo.

—Solo he pasado una mala noche —expliqué en un susurro—, ha sido idea de Alex venir a la enfermería.

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